miércoles, 30 de octubre de 2013

Al comedor

Al principio del curso nos pidieron en la escuela de Vega un par de baberos de tela con cordones para atar y ya llevaba tiempo con la idea de hacerle unos delantales para ayudarme en la cocina, así que me puse a ello.

Tenia algunos retales de tela y les puse por detrás rizo plastificado para que no traspasen las manchas. Ademas de los cordones para el cuello, también les puse unos cordones para atar en la cintura y que no se le mueva el babero-delantal. Ah y como no...personalizados con su nombre para que no se le pierdan.


Y así me quedaron:




No se si al final del curso me los devolverán  después de todo el curso usándolos en el comedor y lavándolos casi a diario, estarán para tirar, si me los devuelven les haré unas fotos y así me sirve para ver que tengo que mejorar.




martes, 22 de octubre de 2013

Evolucionando

El primer babero que le hice nos funciono muy bien, era una tela plastificada muy suave, la compre por internet a una chica que me encanta la ropa que hace para los peques (El Rincón de Teo), resulto fácil de limpiar y a la vez ligero, pasaba el tiempo y no se deterioraba, así que estaba muy contenta con el resultado. Pero había un pequeño fallo que le encontraba y era que algunos trozos de comida que no le caían en el recogemigas iban a parar a sus piernas y ahí se quedaban pegados en los pantalones o caían en la silla y acababan en su culo.

Es cierto que los adultos cuando comemos la servilleta en la mayoría de los casos nos la ponemos en las piernas (poca gente he visto en restaurantes ponerse la servilleta en el cuello, pero los habrá seguramente), es una zona donde va a parar la comida a menudo.

Así que dándole vueltas y pensando como minimizar la zona de aterrizaje, mientras dormía a Vega y con ayuda del papi que descartaba mis ideas absurdas, poniendo un poco de cordura en el asunto, creo que se temía que precintase a la niña como una maleta de aeropuerto. De todo eso salio un babero mas grande, mas largo, en un principio pensé que esa zona de las piernas se pudiera quitar y poner, pero al final lo deje cosido. El resultado fue este:




Y ahora miro la fecha de la foto, porque se la hice al poco de coserlo y ya tiene 3 meses, si hiciera una foto a fecha de hoy se puede ver que sigue impecable, solo se nota mas usado en las tiras de los remates, lo he lavado dos veces a mano y una vez me lance a meterlo en la lavadora para probar...si si, al principio pensé que me había quedado sin el cuando lo saque y eso que utilice un programa suave con agua a 30º, pero estaba muy blanquecino, parecía incluso con la tela plastificada deteriorada, aunque al rato de tenerlo en el tendedero fue secándose y volvió a estar igual.....ufff menos mal!!! ya decía yo, si ponía que la tela se podía lavar a maquina. La tela que utilice es una tela plastificada de Ikea, también la hay en negro pero me gusto mas este color.

Este es el babero que tenemos para uso diario en casa y le damos una buena batalla, funciona muy bien para sólidos o purés, aunque alguna vez le ha caído al recogemigas una buena cantidad de zumo y Vega no se ha manchado porque aunque este cosido y tenga agujeritos, por detrás le pongo una tela de refuerzo plastificada.

sábado, 12 de octubre de 2013

El primero de todos

Al cumplir mi hija Vega dos años ya habíamos acumulado por casa una buena cantidad de baberos, algunos muy acertados y otros sin apenas utilizar, cada uno había tenido su momento y su lugar, pero seguíamos usando babero cuando comía. 

Quizás empezó muy pronto en el manejo de la cuchara y se enfadaba si le quería dar yo de comer, así que me dedique a observar y básicamente a arreglar el estropicio, porque las cucharadas volaban y aterrizaban en cualquier lado, poco a poco ha perfeccionado el manejo.


Los baberos que mejor nos funcionan son con recogemigas y así algo le quitamos al suelo o a sus piernas y mis preferidos son los de material plástico, aunque los de tela van muy bien para líquidos y siempre tenemos uno a mano, pero lo utilizamos menos.

Tras comprar varios baberos de plástico y ver como desaparecían los dibujos con el uso, el plástico se deterioraba, incluso en algunos el dibujo se quedaba pegajoso (todo por usar la bayeta mojada para limpiarlos), me canse de comprar baberos, así que me decidí a hacer uno yo, a medida, porque ya se le iban quedando pequeños. Para que no desapareciesen los dibujos y nos quedásemos con un par de dinosaurios sin cabeza o un Mickey sin orejas pensé hacerlo de hule, resistente y practico.


Y aquí esta el resultado: